“Si la persona sensata medita, se da cuenta de que la cuenta de la yihad y sus consecuencias es mucho menor que la cuenta de sentarse, pero que los partidos y movimientos que negaron a los yihadistas la satisfacción de la yihad y el arbitraje de los chiítas, hoy la pagaron exponencialmente, ¡pero solo con la yihad y el soborno! ¿Quién gana y quién es el bozal?”, se preguntan.
Recuerdan que, tras el atentado, las autoridades alemanas les han prohibido la posesión de armas blancas de seis centímetros”. A este respecto, anuncian que “no hay ninguna fuerza de soborno en la realidad y la certeza de la tierra capaz de impedir que el musulmán practique la obligación de la yihad y aterrorice a los infieles”.
Animan a que “los hijos del Islam repitan sus acciones, las profundicen y vayan contra los judíos y sus sinagogas, barrios y bares matando y quemando para curar los pechos de mis fieles. En conclusión, incitación e inspiración, llamamos la atención de los jóvenes musulmanes sobre que los asesinatos más aterradores y prolongados de la historia de Europa y América, que agotaron a las agencias de investigación cruzadas, fueron sus herramientas de cuchillo o martillo”. “En Europa y América, sé tú, oh mujahid (soldado de Alá), el "hombre del martillo" que mata a su presa y les destroza el cráneo sin dejar rastro alguno de ella, no por preocupación por la vida, sino para que pueda repetir el proceso una y otra vez hasta que sea irrigado por su sangre, sé tú ese héroe que disfruta de la ligereza al cortar las venas de su presa con su cuchillo y habitar tranquilamente su movimiento para siempre”.