"He estado viviendo en el infierno durante los últimos diez años." Tras años viviendo como una mujer, un veterano de la Marina estadounidense renuncia a su identidad transgénero
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- 18 Enero 2023|
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LOUISE CHAMBERS
18. 1. 2023
Chris Beck, veterano de 56 años de los SEAL de la Marina estadounidense (Navy SEAL), saltó a los titulares en 2013 cuando, tras 20 años de servicio en el ejército, anunció que se sentía como una mujer en el cuerpo de un hombre. Se sometió a terapia hormonal y a una costosa cirugía de reasignación de sexo. Se hizo llamar "Kristin" durante años hasta que se dio cuenta de que le habían mentido.
Beck afirma ahora que un psicólogo de la Administración de Veteranos le convenció de que era transexual durante una sesión de terapia de una hora y le atrajo hacia un lucrativo contrato para un libro. Chris Beck añade que su identidad pasada sigue utilizándose para el adoctrinamiento, y advierte a niños y padres contra el "lavado trans", es decir, la promoción de una "identidad trans" en una mente aún impresionable que obliga a los niños a tomar decisiones permanentes que cambian su vida en contra de sus mejores intereses.
"Fui un ingenuo, se aprovecharon de mí muy mal, se aprovecharon de mí", declaró Beck en una entrevista con Robby Starbuck a principios de diciembre de 2022, "abusaron mucho de mí, y por parte de mucha gente que tenía conocimientos muy superiores a los míos". Sabían lo que hacían. No lo hice".
Dos meses antes de esta entrevista, Beck anunció al mundo que, tras diez años viviendo como una mujer, "dejaba atrás ese estilo de vida". En su página de Facebook, escribió:
"Voy a quedar como un tonto ante la mayoría de ustedes. No pasa nada. El camino se me ha mostrado claramente PORQUE he estado viviendo en el infierno durante los últimos diez años. Cuando leo la Biblia y otros textos antiguos, mis pensamientos se ordenan constantemente. No tengo miedo, ni ego, ni agenda, y sólo un deseo: el que tenga oídos que escuche, el que tenga ojos que vea, el que tenga voz que hable. Tengo voz. Debo hablar y dar testimonio de lo que he visto".
Antes de que Beck saliera del armario como transexual, le iba bien: ganaba 200.000 dólares al año, tenía amigos, un trabajo y una vida que le gustaba. "Cuando miro atrás, veo cómo destruí en mi vida todo lo que era sagrado, el templo de Dios, nuestros cuerpos, lo que tenemos aquí", dijo. "Ojalá tuviera a alguien que me ayudara entonces".
Tras 13 despliegues militares, Beck sufrió síntomas de trauma, como depresión, ansiedad y trastorno de adaptación. Fue remitido a un psicólogo militar y admitió sentirse reconfortado vistiendo ropa de mujer. El psicólogo hizo un diagnóstico impactante: Beck es transexual.
El ex SEAL empezó a tomar hormonas subvencionadas por la Administración de Veteranos y se sometió a una operación de reasignación de sexo por su cuenta, que sigue pagando de su bolsillo. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que empezara a experimentar los efectos secundarios del tratamiento hormonal.
"Las hormonas son sistémicas... Cuando empecé a tomarlas, tuve muchos problemas en el cuerpo", recuerda Beck. "Me dije: 'Esto es terrible', así que paré".
Beck también dijo que lamentaba que saliera de los impuestos de los estadounidenses, y que no quería quedar como una víctima y "asumir la responsabilidad de mis actos."
"Pensaré en ello el resto de mi vida y me arrepentiré el resto de mi vida", ha dicho hoy Beck. "Estaba repitiendo las palabras de los psicólogos, básicamente repitiendo como un loro sus palabras, y no era yo".
La reasignación de sexo es una industria multimillonaria que tiene una agenda, en la que Beck pudo profundizar. Ahora está comprometido con su novia Courtney, que tiene formación académica en biología, antropología y estudios de género. Conoce muy bien esta agenda y la critica.
"La ideología transgénero es sectaria y no tiene ninguna base científica", afirma Courtney, quien añade que no existe un grupo de control, algo que exige el método científico.
"No puede haber una mujer que diga: 'Estoy feliz de ser mujer', ni un hombre que diga: 'Estoy feliz de ser hombre'. Para entrar en esta ideología, tienes que perderte por completo".
Entre otras cosas, también critica la ilógica de varios aspectos de la ideología de género: "Si dentro de los estudios sobre la mujer y el género se enseña que el género es fluido, ¿por qué se aboga por cambios permanentes de género?". pregunta Courtney.
El bienestar de nuestros hijos
La ideología transgénero aún no está normalizada en la sociedad. Pero está ampliamente popularizada a través de los medios de comunicación con el apoyo masivo de las empresas.
Según el veterano de la Marina Chris Beck, el debate sobre la ideología transgénero no es ni político ni religioso. "Es un debate sobre la salud, sobre la salud física y mental, sobre el bienestar de nuestros hijos", afirma Beck, quien añade que, aunque se trate de la salud de los niños, la "supuesta terapia" sirve para todo lo contrario.
"Las hormonas que utilizan son las mismas que se usan en la castración médica, la castración química de los pedófilos", dijo un ex SEAL de la Marina. "Ahora se las administran a niños sanos de 13 años. ¿Te parece bien?"
El enfoque del diagnóstico "basado en los sentimientos" también es problemático. Aunque "no se basa en pruebas", lleva a pacientes jóvenes a someterse a tratamiento hormonal y reasignación de sexo.
"Si resulta ser una condición humana con la que todos podemos lidiar y que afecta al uno por ciento de la población, que así sea", afirma Beck. "Pero quiero verlo en pruebas, y entonces apoyaré ese uno por ciento".
Beck, que se retiró del servicio militar como suboficial condecorado en 2011, dice ahora que se opone a que los soldados se sometan a reasignación de sexo porque esas intervenciones y operaciones invasivas comprometerían la preparación de las fuerzas armadas.
"Reduce la velocidad del tren".
Beck, licenciada en orientación universitaria, opina que toda persona mayor de 25 años, cuando el cerebro humano alcanza la plena madurez, debe ser libre de tomar sus propias decisiones sobre un asunto tan serio como el cambio de sexo. Pero a los menores de esa edad a los que se les dice que son transexuales, según Beck, "se les lava el cerebro, se les coacciona y se les manipula".
"A todos nos pasa algo. Es normal. Así es la vida", dice Beck, pero añade que "lo que me pasó a mí no debe ser una excusa para que un psicólogo imponga su agenda".
"Para mí, cuando se trata del niño en este momento... no confío en los psicólogos y psiquiatras hasta que lleguen al meollo de la cuestión, que es que hemos descubierto que el DSM [Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales] se está utilizando como herramienta para impulsar esta narrativa", afirma Beck.
Si una niña resulta ser "varón", no debe sufrir acoso por parte de la comunidad médica ni se le debe imponer un diagnóstico, añade Beck.
La lucha interna del ex oficial del Ejército por curarse se volvió hacia el exterior tras su decisión de poner fin a la identificación transgénero. El 12 de diciembre de 2022, escribió una visión de su nueva misión en un post de Facebook:
"Sí, han cambiado muchas cosas, pero sigo siendo yo. Sigo intentando hacer el bien y ayudar. ... Alguien tiene que intentar frenar este tren. Nadie más le ha plantado cara. Me enfrenté a esta locura para salvar a niños inocentes".
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