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Aquel para el que se construyó el Camp Nou

Frente al famoso Camp Nou de Barcelona se alza una estatua. ¿Qué sabemos de ella? Claro, Ladislav Kubala (1927-2002), el jugador más famoso de la historia del FC Barcelona.

¿Y más allá de eso? ¿Qué sabemos de sus orígenes? Intente primero contarse a sí mismo lo que sabe sobre una de las figuras más famosas del FC Barcelona.

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En pocas palabras... Nació en Budapest, sus padres eran eslovacos y creció en una situación de pobreza. Empezó jugar en el equipo Ganzy después pasó al Vasas Budapest. A los 15 años ya jugaba en la Primera Liga húngara y a los 17 era internacional con Hungría. Jugó seis partidos con la selección húngara. En 1945 huyó a Bratislava para escapar del servicio militar. Jugó en el ŠK Slovan Bratislava dos temporadas (1946/1947 y 1947/1948).

Representó a Checoslovaquia en once ocasiones, marcando seis goles. Además de Hungría (6 veces) y Checoslovaquia (11 veces) representó también a España (20 veces marcando 11 goles), y también jugó en la selección catalana. Se convirtió en miembro del prestigioso Club Cañonero de la Liga espaňola.

Es ampliamente considerado como uno de los mejores jugadores de la historia y un símbolo del F. C. Barcelona. Durante la década de 1950, fue un miembro destacado del exitoso equipo de Barcelona, anotando 280 goles en 345 apariciones.

 Posee, además, uno de los récords (compartido con Bata del Athletic Club) de la Liga española al marcar siete goles en un partido que enfrentó a los catalanes con el Real Sporting de Gijón.

Durante las celebraciones del centenario del club en 1999, una encuesta de aficionados declaró a Kubala como el mejor jugador que jamás haya jugado para el club español. Después de retirarse como jugador, que tenía dos temporadas como entrenador del Barcelona y también entrenó España la selección absoluta y la selección olímpica.

Es el cuarto goleador histórico del F. C. Barcelona.

Posee el récord de haber defendido la camiseta de tres selecciones nacionales distintas (HungríaChecoslovaquia y España) y de haber sido el entrenador que durante más tiempo (11 años) ha dirigido a la selección española de fútbol, igualado con José María Mateos.

Fue el primer especialista en los lanzamientos a balón parado. Nadie antes había ejecutado las faltas golpeando el esférico con el interior del pie para superar la barrera. En los entrenamientos, solía cruzar apuestas con sus compañeros sobre las veces que conseguía enviar el balón al travesaño.

Vida privada

Se casó con la hermana del famoso entrenador eslovaco Ferdinand Daucik. Cuando huyó a Occidente, él se disfrazó de soldado ruso para cruzar la frontera entre Hungría y Austria. Su esposa cruzó el Danubio en invierno, llevando a su hijo de dos meses en un neumático inflado. Cuando estaban en Italia, su hijo enfermó y Ladislav Kubala, que iba a volar a Portugal con el famoso FC Turín, canceló su participación por este motivo. El avión se estrelló y todos murieron.

Acabó en Barcelona. Se convirtió en su niño mimado, el equipo ganaba con él en la alineación y la capacidad del viejo estadio de Les Corts no era suficiente. Había que construir uno nuevo. El Camp Nou.

Contrajo tuberculosis y los médicos no le dieron la oportunidad de volver a los terrenos de juego. Lo consiguió. Se hizo una película sobre él y la protagonizó. Para conocer siquiera a su madre tras el telón de acero, no fuera que lo detuvieran, tuvo que negociar al más alto nivel y con astucia. Amaba la vida, sabía disfrutarla, pero sobre todo sabía regalarla. Hasta la última camiseta.

Tan exitoso como fue como jugador, también lo fue como entrenador. Dirigió a España durante once años. Sabía canciones húngaras, cantaba canciones eslovacas, se llamaba a sí mismo ciudadano del mundo. Vivió una historia que no se puede inventar.

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