La expansión de los BRICS: oportunidades, desafíos y consideraciones estratégicas de Malasia
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- Mundo / Asia y el Pacífico|
- 19 Octubre 2024|
- Ahmad Hafizal Hashim|
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Ahmad Hafizal Hashim
"La expansión de los BRICS: oportunidades, desafíos y consideraciones estratégicas de Malasia"
El BRICS, que en un principio comprendía a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se ha ampliado para incluir a Arabia Saudita, Irán, Etiopía, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos. Como alianza de economías emergentes clave, el BRICS desempeña un papel importante en el panorama económico mundial.
Desde su creación en 2009, el grupo se ha convertido en una fuerza formidable en los asuntos internacionales, con un enfoque principal en la mejora del comercio, la inversión y la cooperación para el desarrollo. La creciente influencia de los BRICS pone de relieve la creciente importancia de las economías emergentes, que desafían las normas establecidas del poder económico mundial. Mediante esfuerzos colectivos, estas naciones aspiran a promover un orden mundial multipolar que fomente una distribución más equitativa de la influencia económica.
La inclusión de Arabia Saudita, con sus vastas reservas de petróleo, y de Etiopía, con su floreciente economía y recursos naturales, ofrece importantes ventajas económicas y demográficas a los BRICS+. Esta expansión aumenta el PIB y la población colectiva del grupo, fortaleciendo su posición como potencia económica mundial.
La alianza ampliada BRICS+ tiene el potencial de impulsar el comercio internacional, atraer más inversiones, alentar la colaboración tecnológica y apoyar el desarrollo de infraestructura. Además, puede reducir la dependencia de las instituciones occidentales, allanando el camino hacia un panorama económico global más equilibrado y diversificado.
En el plano económico, los países BRICS+, en particular China e India, han demostrado un crecimiento impresionante en comparación con el ritmo más lento de las economías del G7. Con sus recursos combinados y sus fortalezas demográficas, los BRICS+ podrían alterar el orden económico mundial existente, desafiando el dominio de las economías occidentales. La alianza tiene el potencial de impulsar reformas en los sistemas financieros mundiales, centrándose en la sostenibilidad y abordando las desigualdades globales.
El BRICS+ también busca reducir la dependencia de los sistemas financieros occidentales ampliando las alianzas con los principales países exportadores de petróleo, como Arabia Saudita e Irán. Esto podría reconfigurar los mercados energéticos mundiales, desafiando la influencia de potencias establecidas como la Agencia Internacional de Energía (AIE) y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). La inclusión de estas naciones indica un cambio hacia un panorama energético más multipolar, en el que las economías emergentes desempeñan un papel más importante en las decisiones energéticas mundiales.
Más allá de la economía, los BRICS+ podrían servir como contrapeso geopolítico, asegurando que los intereses de las naciones en desarrollo estén representados en el escenario global. La alianza fomenta la cooperación Sur-Sur, creando nuevas instituciones financieras y acuerdos comerciales que desafíen el dominio de organismos liderados por Occidente como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. El fortalecimiento de los vínculos económicos dentro de los BRICS+ puede ayudar a abordar las desigualdades sistémicas en el sistema financiero internacional y contribuir a un orden global más equitativo.
A pesar de su potencial, el BRICS+ enfrenta desafíos importantes. Los diversos sistemas políticos y prioridades económicas de sus miembros pueden obstaculizar la toma de decisiones y la cooperación. La ausencia de un marco institucional formal complica aún más las cosas.
La inclusión de Arabia Saudita, con su sistema político único y sus objetivos divergentes, añade otra capa de complejidad. Para lograr una integración eficaz, los BRICS+ deben centrarse en crear instituciones sólidas, aumentar la frecuencia de las reuniones y aprovechar las fortalezas de cada nación miembro. Aprender de las organizaciones exitosas puede ayudar a los BRICS+ a superar estos desafíos y reforzar la cohesión interna.
La dinámica política y geopolítica será crucial para que el BRICS+ funcione con eficacia. Al promover el diálogo y la diplomacia, el grupo puede superar obstáculos y crear un entorno propicio para la cooperación. Las relaciones pacíficas, el respeto por el derecho internacional y la planificación estratégica son esenciales para que el BRICS+ tenga éxito a largo plazo. Al abordar los desafíos compartidos y trabajar juntos, el grupo puede establecerse como un actor importante en las relaciones internacionales.
La sostenibilidad es otro ámbito clave en el que los BRICS+ deben concentrar sus esfuerzos. Para combatir el cambio climático y la degradación ambiental es necesario invertir en tecnologías ecológicas, aumentar la conciencia pública y mejorar las prácticas de gobernanza. La colaboración en materia de desarrollo sostenible puede conducir a soluciones innovadoras, estabilidad económica y un futuro más verde.
Uno de los principales beneficios que obtendrá Malasia al sumarse al BRICS+ es la diversificación económica y la expansión comercial. La membresía le otorgaría un mayor acceso a grandes mercados como China, India y Rusia, lo que impulsaría las exportaciones en sectores como la electrónica, el aceite de palma y los productos manufacturados. Esta diversificación reduciría la dependencia de Malasia de los mercados occidentales tradicionales, mejorando su resiliencia económica.
La membresía del BRICS+ también podría atraer una mayor inversión extranjera directa (IED) de los países miembros, lo que ayudaría a modernizar la infraestructura de Malasia, impulsar la innovación tecnológica y fortalecer las industrias clave. Las empresas conjuntas con los países del BRICS+ podrían estimular aún más el crecimiento económico y la estabilidad.
Otro beneficio potencial radica en la cooperación financiera dentro del BRICS+. Las instituciones financieras del bloque, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), proporcionan financiación para proyectos de infraestructura en economías emergentes. Al unirse al BRICS+, Malasia podría acceder a esos recursos para apoyar sus iniciativas de desarrollo.
En el plano geopolítico, la pertenencia al BRICS+ podría aumentar la influencia global de Malasia. Como miembro, Malasia tendría una voz más fuerte en los debates económicos y políticos internacionales, y defendería cuestiones que preocupan a los países en desarrollo, como la equidad comercial, el cambio climático y la seguridad global. Esta mayor influencia podría ayudar a reformar las estructuras de gobernanza global para representar mejor a las economías emergentes.
La alianza con el BRICS+ también diversificaría las alianzas internacionales de Malasia, reduciendo su dependencia de socios occidentales tradicionales como Estados Unidos y la Unión Europea. Para gestionar con cuidado estas relaciones y, al mismo tiempo, profundizar los vínculos con el BRICS+, será necesaria una diplomacia astuta.
La pertenencia al BRICS+ podría brindar una mayor flexibilidad diplomática y mejorar el papel de Malasia en las iniciativas regionales y mundiales. Además, la pertenencia al BRICS+ podría beneficiar a Malasia a través de intercambios culturales, educativos y tecnológicos. Las colaboraciones en materia de ciencia, tecnología y educación enriquecerían el capital humano de Malasia y apoyarían su desarrollo social y económico.
Sin embargo, la adhesión al BRICS+ presenta desafíos. Las diferencias económicas y políticas entre Malasia y otros miembros del BRICS+ podrían complicar la cooperación. El enfoque equilibrado de Malasia en materia de intervención estatal y libertad de mercado puede no estar en línea con las economías más impulsadas por el Estado de China y Rusia, lo que podría requerir ajustes difíciles. Las diferencias políticas e ideológicas también podrían plantear desafíos. La gobernanza democrática de Malasia podría entrar en conflicto con los regímenes más autoritarios dentro del BRICS+, lo que podría limitar su influencia dentro del grupo.
Malasia también puede tener dificultades para adaptarse a las dinámicas regionales y las rivalidades entre los miembros del BRICS+, como las tensiones fronterizas entre China y la India. Estas complejidades podrían plantear riesgos para la política exterior de Malasia y la estabilidad regional.
En el plano interno, Malasia tendría que alinear sus políticas con los estándares del BRICS+, lo que podría exigir cambios significativos en los marcos comerciales, financieros y regulatorios. Lograr un equilibrio entre satisfacer las expectativas del BRICS+ y mantener la soberanía nacional será vital para proteger los intereses de largo plazo de Malasia.
La expansión del BRICS+ presenta importantes oportunidades y desafíos. Sin embargo, la diversidad interna, las tensiones geopolíticas y la ausencia de un marco institucional formal podrían impedir una cooperación eficaz.
Malasia debe sortear con cuidado estas complejidades para maximizar los beneficios de la membresía del BRICS+, salvaguardando al mismo tiempo sus intereses nacionales y manteniendo el equilibrio diplomático. En última instancia, el BRICS+ representa tanto una oportunidad transformadora como un desafío complejo para la gobernanza económica global.
El coronel Ahmad Hafizal Hashim es un oficial superior del Regimiento Real Malayo del Ejército de Malasia y actualmente asiste al Curso Nacional de Resiliencia en PUSPAHANAS, Putrajaya.
Las opiniones expresadas aquí son la opinión personal del autor y no representan necesariamente la de Twentytwo13.
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